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Las riendas son por excelencia nuestra manera de mandar ordenes al caballo, indicándole a dónde deber ir, cuando frenar, etc. Cada vez que te adentras más en el mundo de la hípica aprenderás que puedes dar las órdenes al caballo desde el asiento, pero las riendas siguen siendo necesarias aportándonos más seguridad y control sobre él.
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Las riendas inglesas por lo general son un básico de nuestro guadarnés. Son más finas que las vaqueras, pero igual de resistentes
En el caso de la rienda inglesa encontraremos mil variedades, de materiales y tipos (de cuero, goma, mixtas, de biotane, lona..). Algunas de las riendas inglesas cuentan con topes en ellas para ayudarnos a colocar nuestras manos en la misma distancia a ambos lados.
En el caso de las falsas riendas tienen las misma características y variedades, pero su diferencia principal es que irán unidas a la silla o cincha. Estas son ideales para colocar la cabeza del caballo a la hora de dar cuerda, imitando de esta manera nuestra mano.
Las riendas vaqueras por lo general son más gruesas que las inglesas y están fabricadas en cuero. Normalmente están cosidas y van unidas, y se unen a la embocadura con su hebillaje. El hebillaje destaca por ser más grande y podemos encontrarlo también pavonado.
En el caso de las falsas riendas vaqueras encontramos las mismas características, más grosor y hebillaje más grande con opción de tenerlo pavonado.
Por lo general las colocamos con hebillaje en su embocadura, de esta manera obtenemos el contacto directo desde nuestras manos a su cabeza. También se utilizan en bitless y se colocan en los laterales de la cabezada, en este caso no ejercen contacto en su embocadura sino en su hocico o muserola.